Las bacterias intestinales como Clostridium y Bacteroides descomponen las proteínas de los alimentos para producir triptófano. Este aminoácido se convierte luego en serotonina en la mucosa intestinal, un proceso que cuenta con el apoyo de bacterias beneficiosas como Faecalibacterium, Bifidobacteria y Lactobacilli.

Unos niveles equilibrados de serotonina son esenciales para la sensación de felicidad y bienestar. Favorecer una microbiota intestinal saludable es una vía directa para mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad y el estrés.

El GABA es el principal neurotransmisor calmante del cerebro. Microorganismos intestinales clave, en particular las bifidobacterias y los lactobacilos, son fábricas eficientes para convertir el aminoácido glutamina en GABA.

Unos niveles adecuados de GABA ayudan a reducir la ansiedad, el estrés y el miedo. Puede mejorar la concentración al calmar el "ruido mental", lo cual es fundamental para controlar la confusión mental y reducir los síntomas del TDAH.

La dopamina desempeña un papel fundamental en la motivación, la recompensa y el control motor. Bacterias como Clostridium y Lactobacilli ayudan a convertir el aminoácido tirosina de las proteínas de la dieta en dopamina.

Una producción saludable de dopamina es clave para sentirse motivado y experimentar placer. Un intestino sano contribuye a una mayor sensación de felicidad y a un mejor control muscular.

Este compuesto se sintetiza a partir de la dopamina, siguiendo la misma vía metabólica. Funciona como hormona y neurotransmisor, desempeñando un papel vital en los sistemas de atención y alerta del organismo.

La norepinefrina ayuda a movilizar el cerebro y el cuerpo para la acción. Unos niveles equilibrados son cruciales para la concentración, el manejo de las respuestas al estrés y el aumento del estado de alerta, a la vez que se reducen los sentimientos de desesperanza.

La histamina es un neurotransmisor que regula el ciclo sueño-vigilia y la motivación. Bacterias beneficiosas como las bifidobacterias y los lactobacilos convierten el aminoácido histidina en histamina.

En el cerebro, la histamina favorece la vigilia y el estado de alerta. Comprender la producción de histamina en el intestino puede ser clave para aumentar la motivación y regular los ciclos naturales de energía.